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( Sobre 5 )

Como hay casas para todos los gustos, hoy vamos a desplazarnos hacia una forma de hogar muy tradicional, especialmente en el sur de España y concretamente en las provincias de Granada y Almería, donde era habitual que las gentes desarrollaran casas-cuevas que combinaban todos los lujos de la época, con una perfecta mimetización con el entorno y además poseían un excelente regulador térmico (fresquito en verano y cálido en invierno).

No podrás negarnos que es una comunidad de lo más rupestre y exótica, ¿verdad?. Porque, ¿quién dijo que lo rural y tradicional ha de estar reñido con el glamour?.

Chimenea, televisión, solárium, amplio parking…

            Como ves, este tipo de vivienda dispone de todos los lujos…¡e incluso de jacuzzi!.

Pero además, al localizarse en pleno campo, la tranquilidad está asegurada, así como un cielo nocturno estrellado precioso que contemplar todo el tiempo que desees.

Materiales naturales, iluminación cuidada

            Como no podía ser de otra manera, los muebles que mejor se adaptan a este ambiente son los realizados con materiales naturales tales como el mimbre, cañas, esparto y de aspecto vintage.

Por lo general, suelen estar encaladas y se tiende a utilizar una luz indirecta, estratégicamente situada para aportar la mayor iluminación posible, generalmente en los techos.

Comiendo a tres metros bajo tierra

            Las telas tradicionales juegan un papel importante en la decoración de estas casas, siendo preferentemente las jarapas y cortinas de tipo alpujarreño, las más usadas incluso como improvisadas mosquiteras que evitan además que entre la luz del sol durante los cálidos días veraniegos.

Eso sí, aún a bajo tierra, es posible hacer que llegue la luz del sol, bien abriendo una abertura en la pared correspondiente, bien añadiendo una claraboya en el techo (que en verdad es el suelo de la montaña…).

Fíjate en el detalle de usar una antigua y rústica teja, en una esquina, como improvisada luz. ¡Nos encanta!.

Italia, con la Iglesia hemos topado

            También esta troglodita forma de vivir se dio en algunas zonas de Italia, si bien allí eran más bien los monjes los que vivían su vida de meditación y aislamiento en estas grutas. Por ello, la decoración los evoca, haciendo guiños a cruces, o muros que recuerdan a iglesias cristianas, cruzándose sus arcos vistosamente, ¿verdad?.

Si te fijas, incluso los muros poseen algunas “estanterías” cavadas en la propia roca, a modo de alhacenas:

Eso sí, reconozcámoslo, el salón da cierto mal yuyu con ese aire de mazmorra o aljibe rehusado. Seguro que en las oscuras noches deben oírse ruidos de grilletes:

Cuevas-vivienda por todo el mundo

            Claro que desde los inicios de la Humanidad, el hombre ha sentido tal vínculo con la Madre Tierra, especialmente en las cuevas, que aún hoy día son muchos los que continúan optando por esta forma de vida tan ancestral y original, como exótica.

¿Has reparado en el uso de la roca natural, como improvisado banco o chimenea?. Los techos se han reforzado con ramas pintadas de blanco y parte de estas ramas se han añadido igualmente a “un balconcito”, creando así distintas estancias y salas a distintos niveles.

            Aunque para originalidad, la casa de la siguiente imagen, ¡dispone hasta de piscina!. No todo el mundo puede presumir de tener estalagtitas en su piscina, ¿no te parece?.

Claro que si de lo que se trata es de mezclar excentricidades con naturaleza, ¡ésta es la casa ideal!:

Aunque particularmente me quedo con esta casa de Santorini, isla griega por excelencia, que ha logrado recoger todo un ambiente de ensueño, con su dormitorio minimalista que invita a soñar:

O bien con una mega-dormitorio para toda la familia:

Y todo ello, dotado de un baño realmente original:

¿No te gustaría pasar unos días en ellas? Varias son hoteles.

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